A mediados de diciembre de
1925, falleció trágicamente en Nueva York (U.S.A.), el boxeador senegalés
Battling Siki.
Presentaba su cuerpo dos
heridas mortales producidas con arma de fuego. Se ignoró el móvil de hecho,
aunque la viuda del extinto púgil señaló la posibilidad de que fueran unos
contrabandistas de licores.
Ninguno de los boxeadores de
esa época tuvo tan rápida notoriedad como Siki, cuyo nombre verdadero era Luis
Siki Phal.
Nacido en Senegal, llegó a
Francia con sus padres, iniciándose en el boxeo cuando tenía 10 años de edad, donde
compartía labores en una fonda, lavando platos.
Tuvo relevante actuación
durante la Primera Guerra Mundial, combatiendo para el Ejército francés, en el
8vo. Regimiento de Infantería, por cuyas valerosas actuaciones fue condecorado
con “La Cruz de Guerra” y “La Medalla Militar”.
Al finalizar la Primera
Guerra Mundial, se dedicó de lleno al boxeo. Para el 1 de noviembre de 1919,
Siki tenía un impresionante récord de 43 victorias, en 46 combates, con 21
knock-outs, 1 derrota por decisión y 2 empates.
En septiembre de 1922 se
hizo célebre cuando venció fácilmente por knock-out a la gran figura del boxeo
francés Georges Carpentier. Estaba presente en esa ocasión el joven Ernest
Hemingway, quien fuera célebre escritor.
Mucho le costó a Siki esta
victoria. Los admiradores del campeón francés Carpentier no le perdonaban que
le hubiese ganado y derribado a su ídolo. Cuando Siki se subió al ring en París
(Francia) en su próxima pelea muchos acudieron al combate para ver rodar sobre
la lona al espigado hombre de ébano senegalés. Su contrincante era un buen
boxeador, entrenado de nombre Nilles, campeón semi-pesado de Europa.
La vida desordenada del
senegalés hacía suponer que sería derrotado; sin embargo, al subir al ring Siki
y arrojar su bata lejos de sí, apareció un hombre hercúleo con decisión de
vencer, derrotando a Nilles por la vía rápida del knock-out.
Los comentaristas y
aficionados del boxeo comprendieron ese día la fortaleza del boxeador Siki.
La prensa parisina, en el
“Le Petit Parisien”, señalaba: “Siki
mueve los brazos como aspas amenazadoras
en contra de todas las reglas del boxeo; pero esto es una simple
engañifla. De ese torbellino de brazos salen oportunamente unos uppercuts que
derriban en el acto”.
Luego de su victoria ante
Nilles, Siki se dedicó a escandalizar a toda la ciudad de París, con sus
excesos con el licor. Poseía un buen humor que le hizo tener gran popularidad.
Era dispendioso con su dinero. Todas las fiestas donde asistía terminaban a
golpes.
Siendo campeón mundial semi-pesado,
perdió su cetro por no haber entrenado lo suficiente. Fue en la ciudad de
Dublín, ante el boxeador irlandés Mike MacTigue, el 17 de marzo de 1923.
Partiendo luego de su derrota, a los Estados Unidos de Norteamérica en busca de
nuevas oportunidades.
Los cronistas neoyorquinos
se familiarizaron con las extravagancias de este púgil, haciéndolo aparecer
frecuentemente en la prensa. Cuentan que un día se presentó en la famosa Quinta
Avenida de la ciudad de Nueva York, lanzando billetes de a dólar, lo que produjo
una larga interrupción del tráfico, despertando numerosos comentarios por la
prensa.
Casado en dos ocasiones con
mujeres de raza blanca, en Francia se casó con una holandesa en 1924 con quien
tuvo 2 hijos y posteriormente, se casó ese mismo año, con la norteamericana, de
nombre Lilian Werner, su viuda.
El 15 de diciembre de 1925,
había sido detenido por un policía por presentar estado de ebriedad en las
cercanías de la calle 42 de Manhattan (Nueva York), apareciendo su cuerpo sin
vida, tirado en la calle, presentando dos disparos de arma, a corta distancia, realizados
por su espalda, en la cercanía de su apartamento en esa ciudad.
Sus exequias se realizaron
el barrio neoyorquino de Harlem, en la iglesia baptista abisinia. Cerca de 80
personas lo acompañaron a su velorio. Al salir, hubo que colocar cordones
policiales para mantener el orden, siendo acompañado por una gran multitud de
personas. Fue llevado hasta el cementerio de Flushing (Nueva York) y el Pastor
Powell hizo una necrología sobre Siki, donde expresó: “Siki era conocido en todo el mundo como “El Hijo de Juncar” o el
“Hércules Senegalés”. Ningún hombre nacido en Africa tuvo una vida tan
dramática ni un fin tan trágico como este hermano que supo conquistar numerosas
condecoraciones francesas en el campo de batalla. Si sus cualidades hubieran
sido guiadas por el camino del bien y no inicuamente explotadas como lo fueron
por hombres sin escrúpulos, algo mucho mejor se hubiera obtenido de este atleta
de una raza que aún maltratan los prejuicios”. Y luego volviéndose hacia un
grupo de hombres blancos, agregó: “Contemplad este ejemplo. Nosotros en estos
momentos, sólo exigimos a la civilización moderna un poco más de piedad para
con los hombres hijos de Juncar que vengan a instalarse en esta tierra”. La
ceremonia del entierro se efectuó bajo los ritos mahometanos.
Murió a los 28 años de edad, de los
cuales dedicó al boxeo 18. Su récord vitalicio fue de 64 victorias, 25 derrotas
y 5 empates, con 35 knock-outs.
El año de 1993, fueron
trasladados sus restos a su país natal Senegal, específicamente a la ciudad de
St. Louis. Fue el primer campeón procedente del continente africano.
Un orguollo para el continente AFRICANO.
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